Hoy, 2 de febrero, celebramos la XXV «Jornada de la Vida Consagrada». En esta ocasión, el lema de CONFER ha querido centrarse en aspectos de la vida que cobran especial relevancia por las circunstancias de pandemia que toda la humanidad está viviendo. En estos dolorosos momentos, resuenan más que nunca las palabras de la última encíclica del Papa Francisco, «Fratelli tutti». Es la fraternidad la que nos trae esperanza en el sufrimiento «como hijos/as de esta misma tierra que nos cobija a todos/as; cada uno/a con la riqueza de su fe o de sus convicciones; cada uno/a con su propia voz; todos/as hermanos/as».
Y como hermanos y hermanas, los/as laicos/as que comparten vida y carisma con los religiosos y las religiosas de los Institutos Religiosos donde trabajan se unen a esta celebración. El carisma de los distintos institutos es la herencia de los/as consagrados/as y, junto con los/as laicos/as, lo preservan y extienden por el bien común, por el bien de la Humanidad.
Enhorabuena en este día a todas y todos los/as que compartimos el carisma de la misericordia. Celebrémoslo con la alegría de los/as que se saben hermanos/as e hijos/as del Dios Vivo.