«El mandala de los deseos» ha sido la actividad con la que se ha clausurado el curso en el Centro Ocupacional. Todas las personas de la sede palmesana del servicio ocupacional de Mater -personas usuarias, profesionales y trabajadores y trabajadoras de servicios auxiliares- han participado en la actividad elaborando un gran mandala a partir de materiales naturales.
«Hemos dividido el mandala por zonas, por círculos concéntricos, de tal forma que, por turnos y en nuestros grupos burbuja, hemos pasado por aquí y lo hemos rellenado con los materiales que previamente habíamos recopilado», explica Antònia Amengual, responsable de Arteterapia y una de las impulsoras de esta iniciativa. El resultado final, un mandala impresionante y precioso, simboliza la unión y el trabajo en equipo. «Entre todos hemos formado algo más grande», reflexiona Antonia, y ese era el objetivo que se perseguía después de un año en el que el concepto de separación -interpersonal, de grupos burbuja, etc.- ha sido muy predominante.
Los materiales con los que las personas participantes han dado forma al mandala eran todos de origen natural: muchos provenían de los diferentes talleres del Ocupacional, como la lana o las flores secas, pero también habían objetos que las personas han traído de sus casas.
«El mandala de los deseos» no solamente ha sido una actividad para crear entre todos y despedir el curso, también ha sido una oportunidad para proyectar deseos hacia el próximo curso.
En este sentido, después de rellenar cada zona ha llegado el momento de pensar en los deseos: unos minutos de calma e introspección en los que los y las participantes han reflexionado acerca de sus anhelos para el próximo curso. Tras los minutos de relax, han lanzado hacia el cielo unas plantas similares al diente de león mientras pensaban o expresaban en voz alta su deseo.
Este acto de despedida ha contado también con la participación de los compañeros y compañeras de los centros ocupacionales de Ses Oliveres y de Sineu, que lo han seguido por videoconferencia.
«Ha sido una actividad muy bonita y emotiva», confiesa Antònia Amengual, quien finaliza explicando que no han querido fijar el mandala, con pegamento por ejemplo, para dejar que intervenga también el tiempo. «Hay cosas que no son permanentes (lo material no es permanente), pero sí lo son los valores como la amistad, la unión, la colaboración… Valores que hemos vivido todos durante la jornada de hoy», concluye Amengual.